La imperturbable superficie del lago al amanecer
sin brisa
sin espumas
el rocío dormido sobre el agua
la piel del asombro intacta
el espacio como un ojo atento
un cristal
una pluma
un sueño
el éxtasis de un agua ascendida
la calma, el silencio,
un piedra en la orilla
en el centro imposible del espejo
boga una hojita de fresno
sin ondas
sin estela
sin reflejo
en la pelusilla de la nada
"Julio ha descubierto profundamente el destino último y trascendente del arte. Ese descubrimiento abre paso a imágenes de extraordinaria belleza, que nos traen el perfume de la eternidad anhelada. Julio Corigliano nos ha dado en bellísimos poemas, su percepción de que el mundo es una fiesta lenta y demorada, pero que sólo podemos advertir su belleza cuando hemos sido capaces de trascender sus apariencias. En efecto, su palabra trae el sabor de la eternidad, y es por lo tanto un permanente regreso a lo amado y próximo, un regreso empapado de nostalgia, del sabor de lo que perece, del ansia de la perduración. La mirada que dirige a las cosas es la mirada abierta de quien ha morado en las cavernas interiores y ha gozado, así sea en instantes fugaces, del encuentro con el Ser. Sólo a partir de esas iluminaciones puede traernos el resplandor que envuelve sus palabras, el sereno arrebato de la pasión dominada, los zumos de la sabiduría poética."
Graciela Maturo.
Datos personales
Autor: Julio Antonio Corigliano
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Algunas referencias: De profesión docente, Licenciado en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires y Profesor para le Enseñanza Primaria. Escritor y ensayista. He publicado el libro de cuentos: El juglar, el espejo y la fuente, así como el poemario Precaria quietud de la hora; del mismo modo, he realizado colaboraciones en revistas y sitios web, además de artículos en medios especializados de filosofía. Nací en Bs. As., ciudad en donde vivo actualmente.